Ser ágil o morir en el intento

Cultura ágil

México es un país conectado con los grandes mercados internacionales, de hecho, es la economía número 14 por tamaño del PIB en el mundo. Eso lo convierte en un lugar muy atractivo para el desarrollo empresarial, por supuesto, esto no significa que no tengan problemas que resolver, sobre todo en el campo social. Sin embargo ¿están las empresas preparadas para afrontar los retos de la cuarta revolución industrial?  

Las fábricas inteligentes, los sistemas ciberfísicos, la robótica, la nanotecnología, la inteligencia artificial, las impresoras 3D, son solo algunas de las vanguardias que dieron pie al nacimiento de este nuevo paradigma económico centrado en una revolución tecnológica que provoca, sin lugar a duda, una revolución cultural. Es decir, la tecnología sirve como catalizador de cambios en nuestros hábitos, creencias e incluso valores. La empresa, por otro lado, se encuentra en una profunda discusión y reflexión, incluso, sobre su propia naturaleza.  

Es en medio de este contexto que surge la necesidad de trabajar sobre la cultura organizacional. Las empresas son organizaciones sociales, en ese sentido, la cultura es todo lo que articula y da significado a los aspectos de la vida social de la organización y desde donde emergen las capacidades y hábitos adquiridos. En otras palabras, la cultura se evidencia en la forma en la que hacemos las cosas. Es el ADN de cualquier organización y lo que al final del día, produce resultados.  

Una empresa con una cultura ágil es una empresa orientada a la creatividad: el liderazgo tiene características que facilitan la autonomía, existen incentivos para que las personas y los equipos generen innovación permanente, crean un ambiente para aprender y, sobre todo, están orientados a generar valor para sus stakeholders. En contraste, una empresa que tiene una cultura no apta para el aprendizaje, genera un ambiente totalmente contrario a la creatividad e innovación.  

El problema, es que una cultura no apta para el aprendizaje esta condenada al riesgo de que aparezca una empresa con cultura ágil y se adelante en este proceso dinámico de cambios que produce la revolución tecnológica. Fíjense en el contexto que vive México, con la apertura económica del país, aterrizan empresas en todos los sectores económicos. Competidores que vienen de ambientes mucho más competitivos, por lo que traen ya una cultura adaptada al cambio. De la misma forma, nacen nuevas empresas, con jóvenes visionarios que quieren romper con los esquemas tradicionales del sector en el que van a entrar, es decir, vienen dispuestos a cambiar todo.  

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Oswaldo Toscano

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