La era de la colaboración en la educación

Sin ir muy lejos, en el 2019, bajo una mirada prospectiva, se visualizaba que para el 2030 el sistema educativo sufriría cambios significativos gracias a la implicancia y consciencia sobre el uso de tecnología digital en sus procesos (UNESCO, 2019). Sin embargo la conducta de uso en ese entonces, correspondía más bien a una figura optativa, por lo que no muchos alcanzaban el desarrollo de sus capacidades en torno a una práctica reflexiva de la profesión docente mediada por tecnología, pese a que contábamos con avances significativos en términos de marcos referenciales de uso de tecnología para el ejercicio docente. La emergencia sanitaria, como todos sabemos, ha implicado que aquello ya no sea una opción, sino el conducto por el cual se hace posible la continuidad del currículo educativo. Esto ha supuesto una cantidad enorme de conflictos, pues lo que se esperaba avanzar en 10 años ha ocurrido en 2, y el resultado de esa aceleración, conlleva repensar desde la formación inicial docente hasta la mejor trayectoria de aprendizaje para los profesores en ejercicio (Agencia de Calidad de la Educación, 2020).

Estamos frente a un cambio de paradigma, por ende, un cambio cultural en donde, por primera vez, en décadas reflexionamos sobre el futuro de la educación, ya no como espectadores sino en primera persona, sobre el nuevo escenario post pandemia, una “humanidad aumentada” en contexto, relacional y desarrollo, los protagonistas son los docentes que deben preparar a nuevas generaciones en contextos más inciertos que en cualquier otra época, puesto que se requiere formar para profesiones que aún no existen, donde mezclar y converger disciplinas es el valor agregado que fomentará un aprendizaje consciente. Quienes quieran volver post pandemia, a un viaje en el tiempo con destino 2019, no habrán aprendido lo importante de este periodo, ya que aquello evidencia que no se han superado aquellas otrora barreras de entrada infranqueables para ejercer la profesión docente. La invitación es a mirar el vaso “medio lleno” de esta dolorosa situación sanitaria, podemos rescatar el foco que ha tenido la educación a nivel mundial, lo que incluye la movilización hacia prestar ayuda con mayor dedicación de distintos organizaciones, la incorporación de las familias al escenario educativo, la mezcla que se venía intentando por décadas entre educación formal e informal, enfoque híbrido, previo organización la disminución del tiempo frente al alumnado lo que ha generado una revisión sobre la efectividad del tiempo de duración de las clases (y la figura sin matices de la exposición), consciencia sobre el autoaprendizaje y la entrega de herramientas para que suceda (Cobo, 2021), pero por sobre todo las nuevas capacidades que hemos desarrollado como sociedad en este periodo, en que una video llamada es algo completamente trivial.  

El escenario ya está en presente y quienes nos dedicamos a la educación tenemos el mayor de los desafíos, por eso debemos prepararnos, desarrollar competencias digitales, aprender a aprender, hacer de un mundo donde la incertidumbre no es un error, sino una característica, un escenario fructífero para la innovación, para la co-creación y de sobremanera para contribuir ¡Bienvenidos a la era de la colaboración!

Dr. Antonio González

Bibliografía

UNESCO. (8 de marzo de 2019). ODS 4 – Educación 2030: Parte III: Informe sobre el futuro de la educación. Obtenido de https://unesdoc.unesco.org/: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366976_spa

Agencia de Calidad de la Educación. (2020). Prácticas de alfabetización 2020. Santiago: Ministerio de Educación Chile.

Cobo, C. (30 de marzo de 2021). Linkedin. Obtenido de www.linkedin.com: https://www.linkedin.com/posts/cristobalcobo_teachers-communication-education-activity-6782765143475400704-wmDR

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